sábado, 13 de septiembre de 2014

Sol


     Oscuridad y soledad. Solo el tiempo me puede mejorar, o eso pensaba. Sigo un camino que no deseo por temor de tomar otra, y pienso mucho las cosas cuando no tengo que hacerlo, pero cuando debo hacerlo simplemente no lo hago. Me siento triste y cansado de todo. Solo quiero parar de una vez y cerrar los ojos, y descansar por un muy buen tiempo. Buscaba una mano conocida, aquella mano que me sacará de este hoyo negro, y que me llenará el vacío que llevo por dentro. Lo busque con personas que pensé que me correspondían, pero solo encontré frustración, y por un momento pensé que había encontrado a esa chica, pero me estrellé con un pared de concreto puro.
    Pensando que un amor me sacaría de mi estado, estuve esperando y odiando todo a mi alrededor, como si solo eso pudiera aliviarme esta enfermedad, e ignoré lo que me faltaba, hasta que me cansé y prometí nunca repetir la palabra "amor". Después de eso llegó la persona que me despertaría de esta realidad en la que estaba sumido. Una chica que la única palabra que la puede descubrir es "sol". Cabellos relucientes, mirada sincera, con unos ojos cafés claros que reflejan una chica que, aunque por fuera demuestra malicia y picardia, por dentro es frágil y amorosa. Su interior es lo que más me intriga, inteligente, suspicaz, ingeniosa, dulce, con lengua afilada y una personalidad acorde. Esa chica me demostró que no necesito un amor falso, sino una mano amiga, de un cariño sincero y palabras tranquilizantes. Su mirada me devuelve al mundo, y sus caricias me trasportan a un lugar relajado, en el cual puedo olvidarme por un momento. Aunque siga sumido en un mundo oscuro y pesimista, ella me sigue confundiendo de lo que pienso, y me intenta convencer de que hay una esperanza en este mundo tan enfermizo que va a su propio final.
     No puedo decir más por mi bloqueo mental, y las palabras fluyen de por dentro, aunque hay mucho más que decir. Solo debo decir que sus palabras me provocan una sonrisa que cada vez más se vuelve de verdad.

domingo, 10 de agosto de 2014

Una lluvia de rosas

          Suenan aquellas campanas en mi cabeza, aquella ligera alarma que me advierte aquel momento en el que pierdo un poco de mi, y mi tranquilidad se acaba con cada pitido. El aire se congela en ese momento, y no entiendo mi alrededor. Paro un segundo, miro a mis costados y sigo sin poder concentrarme en donde estoy. Mi visión esta borrosa y el humo de la habitación cerrada solo me confunde más y más. No puedo sentir, no puedo respirar, el único sentimiento esta en mi pecho, y a cada latido que surge de el, un poco más de mi se desvanece. Una mano me toca la mejilla, se mueve de un extremo de mi cara, pasando su suave piel de un costado a otro, sin separarla ni un segundo. Me agarra la barbilla y me mueve hacía su centro. Intento concentrarme, pero sigo ido y no logro distinguirla. La mano se separa de mi rostro. El tiempo vuelve a morir y caigo derrotado. Un alboroto se arma en mi cabeza. He perdido por hoy. 
      Danzo al ritmo de las gotas, aquel calor insoportable solo se convierte en una cálida ayuda para poder despertarme un poco, y me siento más perdido que nunca, muchos sentimientos a mi alrededor, muchos pensamientos en una sola sala. Siento como vuelan alrededor mió, como un humo que te atrapa y no te deja respirar, pero al final dejas que se mezcle contigo, y terminas sumido en ese mar del que no puedes escapar. Una pepa, su efecto se extiende, sientes en tu cuerpo aquella sensación. Hoy no serás tu. Hoy lo olvidarás. Hoy serás feliz.
      Aquel llamado de auto destrucción se encuentra en mi puerta. Las campanas suenan más duro. Bailo, bailo, bailo, y mi cuerpo se agota. Una mano encuentra la mía en el aire. Es aquella suavidad conocida. Aquel rostro fantasmal que no logro encontrar en mi base de datos. Ella está de espaldas y su perfume me inunda, y me despeja el humo de mi cabeza alborotada y caliente. El campanero ha muerto. Sigo sin ver su rostro, pero a veces no hay necesidad. Danza a mi ritmo, me acaricia de vez en cuanto, puedo sentir su energía en cada movimiento que hace, y escucho una risa picara que me despierta curiosidad. Le doy la vuelta: quiero ver quien es mi invitada de honor. Un mordisco en el cuello es lo que recibo. Hoy nadie es quien es afuera. Hoy el manicomio se dio a la fuga, y los locos buscan compañía. Se agarra de mi cuello, dejando que su rostro dé directamente a mi oído. Se aprieta conmigo. Despliega sensualidad en cada una de sus acciones. Aquel sentimiento de soledad se muere lentamente, y un fuego interno quema en mi como un tromba. Busco su rostro con los ojos cerrados, no quiero arruinar la sorpresa de la noche. Me sopla los labios sin dejar de moverse. Su respiración me enloquece, y las demás almas alrededor mió corean al unisono en mi cabeza. Se separa de mí, como advirtiéndome que no es el momento. Mis demonios se relajan en cuanto ella me sopla el humo de tabaco en la cara. Estoy desprevenido. La leona ataca. 
     Todo su ser quema, y despierta ese sentimiento muerto en mí. Las gotas, la música, las drogas que me botan al piso inmediatamente, el alcohol en cada milímetro de mi cuerpo, todo eso cae en mis hombros en un solo segundo, en aquel segundo en el que ella comparte su humo conmigo. Dejo de sentir aquel horrendo sentimiento en mi corazón, y por fin me entiendo, como un puzzle recién resuelto. Todas aquellas veces en que sentí que me moría por alguna chica que pronto me rompería en pedazos no era más que ese sentimiento de soledad que esta noche explotó. No he querido tanto a éstas chicas como lo pensé, solo me sentía solo, y esa soledad hoy se desvanecía en la respiración de ella. 
     Una palmada en la mejilla, una caricia de lado a lado, y se alejo de la misma forma de que llegó: sin dejar pista alguna de ella. Un crimen perfecto. Se pierde en la multitud y todos se ponen su mascara de nuevo. Estoy hipnotizado por la forma de las luces que se reunen otra vez en la realidad. La noche se desangra, y yo lo siento, pero en la ventana solo puedo ver una lluvia de rosas. 

lunes, 4 de agosto de 2014

Whisper

     Te siento distante, me siento frío, y mi ventana me mira con repulsión. La boca me sabe a sangre y cada vez me siento más mareado por los medicamentos. Me gusta ese sentimiento, y más si lo puedo sentir sin gastar dinero en alcohol u otras sustancias. Después de todo el tiempo, paso lo que más temía: que las cosas cambiaran, y yo, más confundido y frustrado que nunca, no sepa que sentir, y mi corazón es como una montaña rusa, y no sé que hacer, lo cual me desespera, porque muy pocas veces siento eso. Vos vives en otra realidad, y yo vivo en este mundo pesimista el cual he creado, y pensaba que todo este tiempo estaba bien, pero como dije antes, soy una montaña rusa, y en este momento no le quiero perder, pero sos un misterio para mi, y siempre lo has sido, nunca he podido descifrar tu corazón, y cada vez se me hace más esquiva esa posibilidad, y solo quiero saber que ronda por tu mente, y quiero saber que significa cada latido de tu ser, y quiero poder explorarte, pero al final, siempre termino perdido frente a una luz que me ciega y me hace imposible llegar a vos, y voces me susurran que no intente, y no entiendo que quieres de mi, y que sientes acerca de mi, lo cual me imposibilita saber que siento acerca de ti. Solo quiero verte, aclarar las cosas de una vez, dejar toda la cursileria a la que mal me acostumbre, y dejar de arrepentirme de las estupideces que he hecho, aprendiendo de mis errores y simplemente decir las cosas como son.
     Disculpa a este pobre imbécil, y hazle las cosas más fáciles, no se las compliques más.

domingo, 1 de junio de 2014

Hoy más que nunca.....

           
                 Hoy mi noche está fría, hoy mi cuerpo tiembla de pena, hoy me siento triste, destruido, hoy, más que nunca, quiero hablarle a ella. A veces me pregunto si ella también piensa en mí cuando fuma, a veces me pregunto si alguna vez ella me extraña en sus mañana rotas. Cada vez más entiendo lo que ella quería decir, que todo es un sin sentido, y que todo esta vida no es más que un robo, que el alcohol te brota de esta horrenda realidad, que los cigarros son como el amor, que te matan despacito, que las drogas te alejan de tu mente, que el odio es más fuerte que cualquier otra sensación, que la amo, y ella me amaba a mí; y ahora, dos extraños vagando en la tierra,  uno hundido en una pena de amor y entrando en otra, porque vive de una desgracia a otra, cabizbajo,  fingiendo una sonrisa a aquel mundo que espera que le regale una de éstas, intentando que todo sea normal, cuando su propia normalidad le aburré a muerte. Ella, radiante, bella como siempre, disfruta de su insulsa vida, con una linda mirada al infinito y una compañía que la haga feliz.
                Hoy, en esta noche fría, en esta casa en la cual no me puedo reconocer en los espejos, que un reflejo me mira desde aquella superficie de cristal, de aquel hombre que supuestamente soy, pero que no creo ser, y me siento vacío, y quiero llorar, porque esta casa me deprime, porque sus recuerdos me deprimen, porque hoy más que nunca quiero hablar con ella, contarle que ya he cambiado, que no soy tan estúpido, que me gusta, que quiero besarla, o si quiera verla, tocarla, efímera en el frío tacto de mis dedos,  escuchar su respiración una vez más, saber que ella está viva, y que otra vez muere por mí, y que yo muero por ella.
                Hoy me siento aburrido, porque mi realidad apesta, a mis “amigos” no les importo en lo más mínimo, porque a ninguno impacto, porque soy solo aquella presencia de un momento, y nadie se detiene a pensar si estoy bien, si puedo dormir por las noches, si mi corazón está roto cómo mi mente. Me divierto sólo, pero a veces abro los ojos y me doy cuenta que soy solo un solitario imbécil, y la soledad es peligrosa, y el alcohol no me llena, y los tabacos no me quitan el aliento, y aquella chica que me importa, que impone aquella llama efímera que alumbra mi oscuridad total, no le importo tampoco, simplemente soy un “buen amigo”, y ni siquiera eso creo ser, porque soy solo otro desgraciado, porque la quiero, pero no me creo capaz de seguir adelante si no he podido cerrar un capítulo viejo, y tengo miedo de perderle, y así terminar de perderme en mi propio abismo, porque con ella sí tengo mucho que perder, y extraño a una mujer que probablemente no me recuerde.
                Hoy la quiero en mis brazos, tanto a la chica de mi presente como la de mi pasado, porque una me robo el corazón y no me lo ha devuelto, y la otra porque intenta llenar ese espacio tímidamente, porque una me quito la vida con su humo azul, y la otra intenta recuperar aquella insulsa forma de ver el mundo, pero que cada vez disfruto más, porque las dos, cuando caí en un  acantilado,  me agarraron de la mano. Una por un poco tiempo y me dejo caer, y otra me agarro en aquel momento, y no me ha dejado ir, porque intento recuperarme una vez más, y ser mejor por ella y por mí.

jueves, 1 de mayo de 2014

Hoy el día está más oscuro

          "Nadie merece tus lagrimas y quien las merezca no te hará llorar".
           "Serafina", gracias por la idea. 
     Hoy el día está más oscuro, hoy la brisa no deja de soplar, hoy sus lagrimas no quieren parar, por alguien que no la supo valorar. Por alguien que no vio lo que tenía enfrente, por alguien que solo su atención quería llamar. Por alguien al cual el olvido lo atormento, pero que en su miedo a perderse en la infinidad de su mente, actuó cruelmente, y las palabras fueron dichas, y sus lagrimas fueron derramadas. Cansada de llorar, cansada de sentirse impotente por su propia rabia, por haberse sentido vulnerada por sus palabras, y ahora se siente baja, agotada, con el corazón lento y la piel fría. Los recuerdos rompen la frágil linea de su mente, cuando él se siente débil e intenta volver a ella, dejando cicatrices cuando lo que él dice es borrado por todas sus acciones. Ella lo mira a los ojos, los ojos de él son confiados, indiferentes, aquellos que fingen un cariño profundo, pero que destrozan al mover sus labios frente a ella; los ojos de ella están rojos, rogando por un descanso, por una expiación de sus recuerdos.
     Hoy el día está más oscuro, hoy las nubes amenazan con llover, odio verla llorar y que sus lagrimas se confundan con la lluvia. Odio que su mirada se nuble con aquellas aguas llenas de emociones, que me hable con alguna voz rota y que luego se repita la historia una y otra vez. Las heridas se acumulan y duelen más, pero las cicatrices sanan, y entre más se tengan, más puede soportar un corazón podrido de latir.
     Hoy el día está más oscuro, ya ha empezado a llover. Ella es fuerte, y cada día que pasa lo refleja. El impacto de él ya no es tan duro, y sonríe al sol sobre sus cabellos. Me gusta cuando sonríe, porque es cuando sé que sus ojos ya no derraman nada, y que los recuerdos la vuelven más sabia.
    Hoy el día está más oscuro, pero en sus ojos y en las nubes ha dejado de llover.

viernes, 25 de abril de 2014

Entierro

     Las ventanas empezaron a empañarse, la lluvia afuera de la ventana acompaña mi vista perdida, como sí intentara llegar a algún infinito de mis pensamientos. Allí, sentado en aquel marco, al lado de esa fuente, me entra un sentimiento de acongojo, de tristeza, como sí los recuerdos me atacaran de nuevo, sin dar alguna chance de olvido o algún intento para ignorar aquel sentimiento que deja la boca seca, y el corazón vacío. Aquellos pasos, aquellos mismo lugares que algún día había recorrido de su mano, ahora solo eran pedazos de un roto recuerdo, un espejo roto en el cual alguna vez nos reflejamos juntos, donde la veía con sus ojos tristes y con mis ganas de ser un mejor hombre por ella, pero que ahora solo se ha roto su parte, y la mía está agrietada, mostrándome la misma persona que vi antes de conocerla.
     Enciendo un cigarrillo. El viento hace difícil su ignición pero me las arreglo. Miro como el humo se difunde en la lluvia, en los cristales a mi alrededor, en las personas que pasan al frente mió. Poseo una carta en mi poder, la escribí cuando su recuerdo se hizo tan insoportable, que hasta en los sueños me atacaba, y necesitaba dejar salir toda esa mierda que llena mi cabeza. La leo, la releo. Un ojo se me aguó. Pido otra copa de vino. Hoy el día está untado de ella, hoy todas se me parecen a ella, hoy todas huelen a ella. La busco sin éxito por las calles, con la insulsa esperanza de encontrármela, darle un abrazo, decirle que la extraño y que tengo una carta para ella; todo es una estupidez, pero en el fondo siento que ella arreglará mis tardes rotas con un beso sabor carmesí. Cierro los ojos, respiró hondo, siento debilidad y pienso en llamarla. Sería ridículo, pero probablemente acudiría, para decirme que me consiga una vida o para decirme que también me extraña. Sigo observando la ventana. Un dolor seco me recorre el pecho: su apuñalada indirecta, su cicatriz duele. Aveces me gusta mentirme afirmándome que ella también piensa en mi cuando fuma.
     Una mano me despierta. Volteó a mirar con cara de confusión y desanimo, mientras el cigarro totalmente consumido deja caer su extensa ceniza debido al movimiento. La veo, feliz, lívida, y me regala una de esas sonrisas que siempre me da cuando la veo. Ella no es la que atormenta mis recuerdos. Me alegra volverla a ver, como me ha pasado desde un tiempo hacía acá. Me habla y no puedo evitar perderme en sus sensuales labios. Agarró su mano, me siento seguro, y todos los fantasmas de aquella mujer que ya no me extraña me abandonan momentáneamente. Acerco mi rostro a ella, logró captar su aroma. Enciende un cigarro con su mano libre y sopla a mi rostro. Siento que no todo esta perdido, pero tengo miedo a herirme y a herirla a ella. Me hace sentir confundido, y eso me irrita. No sé que sentir sobre ella, ni comprendo que quiere de mí, pero no logró hacer más que escucharla, y seguir nadando más y más en sus ojos. Hoy no me importa el futuro, hoy me importa ella.
    Dar una oportunidad más, de reformar mi espejo y dejar a alguien más entrar en mi cristal agrietado, en mi vida derrumbada, en mí amor escurridizo: un entierro del pasado.
   
   

martes, 15 de abril de 2014

En la noche se olvida todo.

     Su mirada parecía complementar la de ella con aquel sentimiento que las palabras no pueden llenar, o que simplemente sobran. Aquella noche, en ese parque, las cosas no eran normales. Un cálido sentimiento se esparcía en el viento, mientras las chispas de las miradas terminaban de llenar el vació que existía en sus dos vidas. Una caricia se filtro, la mano de ella tocó la de él. Sus labios, rojos encendidos, se abrieron un poco, como aquel que quiere decir algo pero sus palabras quedan atrapadas justo antes de salir, y antes que ella pudiera cerrarlos de nuevo, él la besó. En aquel momento, espontaneo y por lo tanto encantador, el mundo aparte dejo de importar. Un beso largo, apasionado, un beso que te llena la sangre de viento, de estrellas, de alcohol, de humo azul, de amor. Los brazos de él la rodearon tiernamente, mientras que ella se aferraba a su rostro, como sí no lo quisiera dejarlo ir nunca más. Sus vidas habían estado llenas de coincidencias, y aunque sus modos de vidas eran totalmente diferente, en aquel parque, aquella noche, nada importo, y los riesgos fueron tomados, y el juego empezó. Después de un beso largo, el la abrazo, y antes que cualquiera pudiera realizar y pensar en lo que acabo de pasar, ella se recostó en su pecho. Mirando a aquel paisaje lleno de árboles y monticulos particulares, los dos se sintieron realizados, llenos de nuevo, que el dolor había desaparecido y que se podría dar una oportunidad al querer. 
      Que ilusos eran. 

viernes, 14 de marzo de 2014

Sobre el desquicio y el amor

     Mi ligera mente se retuerce en rabia, y cada vez más me convenzo que es para mejor, pero en mi interior siento que no tengo nada de razón y que la culpa la tengo yo. Hace poco leí la obra de El Túnel, y pude identificarme en un aspecto de Juan Pablo Castel: su división de consciencia. De poder querer todo y al mismo tiempo ver lo asqueroso del mundo. De querer a alguien con todo el alma, y sentir rabia al mismo tiempo. De querer destruir a una persona totalmente, pero que el amor simplemente no te deje.
     Siempre me imagine el paraíso de colores, una relación indolora, un amor de finales de la guerra, y al final, por la razones que se especifiquen, se boto todo a la caneca, y desde lo más profundo del sentimiento del amor, se siente una apuñalada de ira hacía alguien. Siempre he querido hacer las cosas bien con alguna pareja, y siempre lo he intentado, y esta vez, la más importante de todas, no logré sacarle todo el provecho a esa persona, y lamentablemente la ira me corrompió, y todo lo demás lo hizo también. Puedo quedarme con la imagen de esta noche, de esta noche sin luna ni cariño, e imprimirla en mi cabeza un millón de veces, de sentir su rabia, su odio; pero no lo haré, al contrario de lo que se puede suponer, elegiré recordar esas noches frías en donde nadie importaba, en el que en medio de gente anónima yo la quise y ella me quiso, y en ese momento me sentí el hombre más afortunado del mundo. En esas risas tontas, en mis promesas vacías, en tus cariños rotos, en alcohol portátil, en humo azul. Yo tomaré el camino del cariño y no guardaré nada de rencor (aunque a alguien le parezca estúpida esta afirmación porque tal vez todo fue mi culpa) y mantendré mi amor encendido por mucho tiempo, hasta que la llama se apague y vuelva a mi fondo frío. 
     Estás dos semanas las sacaré de mi mente, exceptuando las partes importantes que me ayudaran a mejorar como persona, y guardaré solo aquellos ingenuos momentos donde su sonrisa adornaba mi vida, y que cada día que pasara era un paso para llegar a ella y romper todas sus paredes.  
     Me falle, le falle, nos falle. Me gustaría que todo progreso no fue en vano y que las partes lindas suprimieran las partes disgustantes y las palabras fuertes, pero no soy nadie para rogar por un destierro de mi mente, y mucho menos de la de ella. 
     Solo quiero decir que fui muy feliz......

domingo, 2 de marzo de 2014

Coffee and cigarettes.

     Un vació, amores correspondidos y un cigarrillo solitario. La soledad me dominaba y las personas simplemente no me satisfacían. Pensé que mi vida era un pico, y la nieve empezaba a sobrecargarme y volverme más frío. Mi visión se nublo y perdí el camino. Miraba la ciudad con asco, me sentía con ganas de mandar todo a la mierda y botarme al abismo que me amenazaba desde un buen tiempo. Después que perdí a mi último soporte, que aunque lejano me ayudaba a mantenerme a flote, me sentí caer de una vez por todas a la oscura inmensidad, y decidí hacerlo como dios manda: ahogándome en alcohol.
     Ese día me salve, o me salvaron para ser más específico. Sus ojos que te envuelven y te vuelven loco, en una nube que nunca sabrás de que color es, pero son sinceros como las ventanas de su mente y persona. Es imposible no enamorarse de ella, porque ella está rota, como mis mañanas, como mis miradas, como mi mente, y siento que ella llena esos vacíos en mi, que ella llena mi necesidad darme una razón, de querer ser alguien mejor por amor, de embriagarme en frente de las estrellas, acostarme y ver su mirada, su sonrisa y decirle que la amo, que le demostraré que tengo razón, aunque a veces yo mismo demuestre que no, lucharé por llenar sus sueños, de que su mirada no refleje tristeza, de limpiar su odio y darle el mejor momento de su vida.
      Muy pocas veces he podido agradecer de verdad a una persona, simplemente se me hace aburrido y difícil considerar que alguien a llegado a importarme o impactarme lo suficiente para afirmar que sin ellos estoy perdido, pero ella es una de ellas, y siento que su pelo flamante me envuelve en el infinito y me da calor en el frío continuo que a veces acompaña mis noches muertas. Me siento muerto, pero con un propósito de alcanzarla y devolverle el favor de salvarla a costa mía.
       Y las palabras se me hacen cortas, y la noche está muy confusa para seguir, pero siento que le inmensidad nos falta, corazón. Todo se resume a esto: la amo.
       Feliz mes, chica.

viernes, 24 de enero de 2014

2. Atardecer.

     La siguiente historia trata en un tiempo diferente, las heridas de guerra enseñan experiencias pasadas, que ayudan a forjar. Es una historia más profunda, ya que no sé su estado. Todo es confuso, y miro el techo pero no encuentro una respuesta confortante. No sé que sentir, ni sé que hacer. Abrir mi corazón y buscar que sea cierto lo que siento, y que alguien más lo crea es lo único que me importa. Ya he guardado muchas cosas, y siento que mis nubes no pueden aguantar más agua, y la tormenta caerá, entonces necesito contar la historia.
     Es una chica hermosa, inteligente, independiente, revolucionaría, despeinada, considerada y más que eso, ella es una persona bellisima tanto por dentro, como por fuera. No sé cuando la empecé a querer, pero creo que fue cuando en un largo viaje, lejos de todos, recibí el mensaje de la única persona que me podría salvar: ella. Apenas llegue, la busque y lo que encontré fue su hermosa sonrisa, acompañada de un cariño inigualable, que en la luz de la noche hacía resaltar más su belleza. En ese momento caí completamente de mi limbo a mi cielo personal, en el cual pensé conocer el amor, pero no lo hice por mis complejos. Las cosas se volvieron turbias después de un tiempo, supuse que ella no era para mi sin ni siquiera intentar, como sí un pintor dijera que su obra fracasará sin siquiera haberla pintado.
     Cuando supe que ella era muy especial para mi, y que tenía que decir simplemente "No te vallas", no lo hice. Solo miré por mi ventana, me embriague y dedique esa noche a ella. Cuando dije todo, cuando me abrí completamente, ya era muy tarde, y cualquiera de mis intentos fueron en vano, por lo cual me trague todo y me limité a esperar. "No te vallas". Me hundí en mi infierno, no sabía que era lo quería, me dedique a las drogas para hacerme sentir mejor, a las fiestas de noches completas para no pensar, y luego a llorar cuando no podía soportar más los recuerdo que se amontonaban en mis pensamiento, haciendo que cada vez fuera más difícil sobrellevar todo, pero eso es otro capitulo y otra historia.
     Lo único quería decir es que soy un imbécil, y arruine todo, unas simples palabras en una noche fría fue suficiente para que no quisiera hablar, o eso es lo que siento. Tal vez sea otro de mis teatros, tal vez esté alucinando, solo quiero que sepa la verdad. A pesar de todo lo que dije, es más porque este no es el momento para decir todo, para abrirme completamente sin tapujos, porque ya antes hemos demostrado que cualquier cosa por medios alternos no funcionan para nada. Este no es el momento, pero no quiero perderle. Simplemente estaría devastado sí eso ocurriera. Ella es  especial, y no puedo agradecer todo lo que ha hecho por mi.
     Solo quiero decir algo para culminar todo este capitulo: Este presente no es para nosotros, pero me encantaría un futuro. Esperaré.


1. Amanecer.

      Lo que escribiré a continuación no son historias de finales felices, de finales concluidos o algo que me deje satisfecho, más que eso es un punto de vista para el lector, un punto de vista más melancólico del amor, el deseoso, el imaginativo y el tímido. Abriré mi corazón con palabras, derramaré mis memorias en estas paginas y ahogaré los sentimientos que aún me amenazan. La veracidad de estas palabras quedan a la imaginación del que las quiera creer, pero me gusta más dejar la intriga de sí es cierto o no lo es. Les contaré 3 historias, una historia más inquietante que la anterior, o depende de como la sientan. Disfrútenla.
     Su humilde servidor, Daniel.

     Nunca fue lo que se puede llamar el ejemplar de la sociedad, nunca me vendí a lo que prentendían, vivía en mi mundo, haciendo mis reglas y viendo a la gente desde mi punto de vista, en el cual era más feliz. Al no ser como los demás, nunca fui el chico lindo ni el más intrigante, solo me acercaba a la gente que le gustaba descubrirme, y los demás simplemente me daban igual, por lo cual nunca llegue a desarrollar habilidades sociales muy avanzadas, las chicas no me querían y la verdad me daba igual: yo era feliz con mi soledad.
      Yendo al grano, y más que explicar algunas razones por la que llegué al punto en el que estoy, quiero empezar con lo que podemos llamar el punto de inicio en las decepciones próximas. Conocí a esta chica, ella estaba en una etapa de su vida, y yo en la mía. Nos conocimos en una situación extraña, pero me encanto su actitud, sus gustos, todo de ella me embrujo en aquel tiempo a tal punto de que por primera vez quise a alguien de verdad: por primera vez estaba enamorado. Soy una persona que piensa mucho las cosas, que lo hace tanto que tiene miedo de arriesgar para ganar más, por lo cual me trague todo y desarrollaba mientras tanto un sentimiento que crecía lentamente, a tal punto que llegue a explotar en un remolino de emociones cuando supe que ella no sería nunca mía, por eso me hundí por un tiempo en mi propia tumba que había llevado cavando desde que decidí dejar todo adentro.
      Los años pasan, y cada día que pasa nos hacemos más sabios y viejos, para bien o para mal. Al final logré sobrellevarlo a tal manera que mis sentimientos ya no eran útiles, pero las cicatrices dolían de vez en cuando cuando algún viento soplaba. Cuando ella me beso, en aquel noche inolvidable, no supe que hacer con mi pasado ya sepultado, pero al final no fue mucho problema, solo un pequeño recordatorio del frío sentimiento de soledad. Al final me hice una idea equivocada, e intente llevarlo por la senda correcta, dejando todo a un lado, dejando salir mis pensamientos, pero al final eché todo al basurero, y en vez de intentar recuperar los momentos lindos e intentar pegar los pedazos rotos de alguna relación de mucho tiempo atrás, voltee la vista y camine al futuro, de una forma tan cínica que en este momento me da asco.
      En estos momentos, en las que mis demonios aquejan, y siento que las cicatrices necesitan algún calmante, pido perdón por mis errores pasados, dejando atrás cualquier intento de seguir adelante como una persona inmadura: ignorando mi pasado y sin afrontarlo como mi corazón lo dice. Sí quiero ser algún día la persona que me imagino, la persona sin miedos, la persona que viva su vida celebrando cada día, con una sonrisa melancólica en la cara y un cigarro al aire, necesito cerrar capítulos, pero también saber cuando abrir uno que no ha termina y que no quiero terminar.
      Pido perdón y espero redención.
      Solo espero, espero y espero......

Mañana

"Es tan lindo saber que usted existe,
uno se siente vivo,
y cuando digo esto, 
quiero decir contar,
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco, 
no ya para que acuda
presurosa a mi auxilio, 
sino para saber, 
a ciencia cierta, 
que usted sabe
que puede contar conmigo..."
-Mario Benedetti. 

  En las calles llueven, y en mi cabeza truena. La noche es joven pero mi corazón me hace sentir más agotado de lo que puedo creer. Los recuerdos me atormentan, y extraño épocas pasadas, y más que eso  extraño a una persona de aquellas. Siento que el problema soy yo, que aunque me encarne en algo siempre terminare decepcionandome a mi mismo. Cuando intento hacer algo, a veces me frustro y muero en en el transcurso. Tengo miedo de mi mismo, soy impredecible, una persona mala pero tu has llegado a ese punto sin salida, una estrella que alumbra fuerte en mi firmamento, aunque estés a kilómetros de mi, inalcanzable.
     Aveces digo cosas que no sé que me ocurre, y lo de está noche fue una de ellas. Hago la cosas por impulso, y no pienso bien. Mi cabeza esta llena de humo y la lluvia me ahoga lentamente. Nunca podría olvidarte, solo no quiero distanciarme de ti, y aunque aveces no sea el mejor en ello, no me gustaría separarme de ti. Como te dije, todo es perfecto, pero se siente como sí le faltará algo: tu.
   Aunque no confié en mi, y sienta el terror en los huesos, de que alguna vez sienta debilidad de mi mismo, y termine arruinándolo, me gustaría saber que estarás ahí, me darás un golpe en la cara y me sonreirás, y yo me revindicaré o moriré en el intento, y quiero que sepas que eres muy especial, y que las palabras no alcanzan para darte las gracias por todo lo que me has hecho descubrir, y por todo lo que me has enseñado tanto de la vida como de tu hermosa persona.
     No sabía de que otra manera pedir perdón, y aunque mis excusas suenen falsas, aparte de que lo arruine todo en unas simples frases, quiero decir que nunca me perdonaría perder a una persona como tu, que solo se encuentra una vez en la vida.
    Solo quiero que recuerdes una cosa hasta el momento indicado: Todavía no es el momento.


jueves, 2 de enero de 2014

Las cosas como van.

     "Sonrieme por ultima vez"

     Me desperté agitado, empapado en sudor, con el corazón embravecido y un total desconocimiento de mi mismo. Me mire mis manos, intentando entender la situación y me volví a recostar en mi almohada. Estaba totalmente agotado, pero no creía que podía volver a conciliar el sueño. Hacia un tiempo atrás que no podía dormir bien hasta la madrugada, mas o menos cuando las primeras aves se despiertan cantando sus comunes melodías. A la vez era una ventaja y una desventaja, ya que aunque al día siguiente no tenía mucha energía, podía obtener en ese espacio nocturno una soledad absoluta en la cual podía dar rienda suelta a mi pensar, a mi arte, a mi auto critica. Encontraba la madrugada como un momento de descubrirme, de dejar salir mis profundos secretos, de decir mis inconformidades y arrepentirme de mis errores. Otra cosa que llego con el insomnio es un recurrente sueño que me hace despertar en horas de la mañana el cual, aunque nunca logro recordar de que se trata, contribuye a que mi descanso sea mucho menor. 
     Me restregué la cara con las manos y acaricie mi oscuro cabello. Mire hacia los rayos solares que entraban por la persiana y me deleite con el sonido de las aves en el patio. Era un nuevo día, un nuevo despertar, mis problemas nocturnos desaprecian con la esquiva luna. Cada vez que sentía un día nuevo fluir me convencía de que era feliz y que mi vida era espléndida, pero por la noche intentaba darme pruebas de que los problemas solo eran tapados por un manto de mentiras, de desesperación, de desamor y pensamientos atados. El problema es que las cosas que quería, mis pasatiempos favoritos, los riesgos que me gustaba correr y las personas con las que me gustaba compartir, ya no eran cosas emocionantes ni me entretenían, hasta el punto en que las aborrecía y no quería verme involucrado en una vida que antes me encantaba. 
     Me di cuanta aquella noche, aquella noche en que la mire a los ojos, en que la cogí del brazo como si estuviera conteniendo su alma en su cuerpo, en la cual sentí que ya no era lo mismo, y tuve miedo de que ella entrara en ese cajón olvidado de gustos pasajeros. La quería mas de lo que debería y, con el simple hecho de haber perdido esos escalofríos al ver un mensaje  o una sola palabra suya,  me preocupo a tal modo que quería darme una o dos bofetadas, para quitarme la pendejada de encima y volver a quererla como antes. 
     Cerré los ojos. Limpie mi mente. Era mi mañana, y arruinarla con mis demonios no entraba en los planes. Después de todo, yo era "feliz".