martes, 28 de agosto de 2012

Cuando las luces se van.

La luz lograba colarse por una ventana tan ligeramente que solo podía lograr ver encima de mi cama, que quedaba pegada a la ventana. La reja de mi cuarto daba un espectáculo deprimente a la vista sencilla. Quede sentado en mi escritorio, al frente de mi ordenador.
-Mierda, un apagón- Dije para mis adentros.
Afortunadamente no estaba haciendo nada importante. Simplemente pasando el tiempo que me sobraba. Era el primer apagón que había afrontado solo desde que me mude de la casa de mis padres. Se sentía algo raro y debo confesar que me dio un poco de miedo en los primeros minutos. Busque en mi despensa en busca de algo con que iluminarme mientras volvía la luz, que esperaba que llegara pronto. Encontré un paquete de velas, que había guardado de la época de navidad. Encendí unas cuantas y con ayuda de unos simples platos me encargue de darle iluminación a la sala, lugar donde iba a pasar el tiempo de espera. Al ver el primer destello de luz, me sentí aliviado de cierta forma. No me gusta admitirlo pero no me gustaba mucho la oscuridad que digamos. Habían 4 velas en el paquete, prendí 3 y deje una como reserva para próximos apagones. Cogí un libro de mi cuarto y me propuse a leer. Perdiéndome en mundos fantásticos e historias de fabula, no me di cuenta de que el tiempo pasaba y pasaba y no había todavía solución a mi problema.
Empezó a llover. Eran eso de las 2 de la mañana. Estaba cansado pero no me gustaría dormir en ese estado. Sonara raro pero no me sentía cómodo con esa oscuridad. Seguí leyendo aunque ya estaba un poco aburrido de hacer la misma tarea por tan largo tiempo. Decidí buscar otra forma de distraerme. Sentía un aprecio hacía la noche, más no obstante odiaba estar a oscuras. Al tener esa afición decidí mirar a la ventana, mirando el espectáculo que me brindaba la lluvia cayendo desde el oscuro firmamento. Todo estaba bien, disfruta viendo esa imagen y me perdía entre pensamientos e ideas que iba soltando. Todo paso muy rápido. Un relámpago cayo, estremeciendo todo a su paso. Hubo un momento de ceguera, seguida de una vuelta al mundo muy violenta. Volví a escuchar muy duro el sonido de la tormenta y sentía de nuevo ese extraño sentimiento que había vivido al empezar el apagón. Abrí los ojos después de recuperarme del aturdimiento momentáneo que había vivido. Descubrí que estaba a oscuras, las velas se habían apagado por el estruendo. Por la ventana de la sala no se podía ver nada, ya que la luna ya estaba por el costado de mi habitación. En vez de gastar mi tiempo buscando una forma de prender las velas, salí corriendo hacía mi cuarto. Era cuestión de miedo ha estar mas tiempo en ese ambiente. Empece a escuchar voces, ruidos, gemidos, seguí corriendo pensando en lo que me faltaba para volver a ver algo. Esperaba poder certificar que todo era mentira, que estaba seguro hay. Al llegar a mi cuarto, abrí los ojos para llevarme la sorpresa de que la ventana estaba a oscuras, no se podía ver nada a mas de unos cuantos centímetros.
Aturdido y decepcionado, me senté en una esquina de la habitación. Los sonidos seguían proviniendo de las paredes, las sombras me jugaban jugarretas en mis narices, escucha pisadas llegando a mi cuarto, cerré los ojos y me tape los oídos con las manos.
-Es imposible....... No puede estar pasando- Pensee, intentando reconfortarme........

Abrí los ojos, destape mis orejas, mi mente estaba limpia. La luz había llegado y con ella un sentimiento reconfortante. No podía respirar. Mi sudor me agobiaba. No pude incorporarme y me quede en ese sitio, reflexionando las cosas que acababan de suceder.
No he podido olvidar ese momento, tampoco explicar bien el horror que sentí ese día. Ha pocos he confiado esta historia para no parecer un loco sin remedio. No he podido dormir seguro e intento estar acompañado..... Al fin al cabo, la oscuridad no puede estar hay por siempre...... ¿O si?