sábado, 29 de diciembre de 2012

Cuando las nubes conocieron el amanecer: Parte 1.







I'm forever blowing bubbles,
Pretty bubbles in the air,
They fly so high,
Nearly reach the sky,
Then like my dreams,
They fade and die.
Fortune's always hiding,
I've looked everywhere,
I'm forever blowing bubbles,
Pretty bubbles in the air.

La sangre era tan espesa y caliente, que a pesar de la horrible situación en la que me encontraba, daban un poco de confort y una cálida sensación en mi cabeza contra la nieve. Mi vista se nublaba cada vez, y lo único que lograba distinguir eran pequeños pocos oscuros cayendo del cielo, posándose en mi cara, y devolviéndome a una situación que con urgencia quería terminar. Que sed tenía. Que irónico, ¿No creen?. Demonios. ¿Puedes seguir extrañándola, aunque tu vida corra peligro? ¿Puedes seguir anhelando a una persona hasta el final? 




No recuerdo exactamente mi vida antes de esa tarde de enero. Tras subir a ese avión, murió mi antiguo pasado. No quería recordar quien era, ni siquiera porque había decidido mi futuro. Solo sabía que iba a ver de nuevo a Tom, mi viejo amigo de la infancia. ¡Que hermosa era Londres! Mas de lo que yo hubiera podido imaginar. Aunque mi Inglés no era perfecto, podría defenderme; Además, ¿Qué mejor manera de mejorar tu lenguaje que tener que vivir de el? 
Mi vuelo había sido tranquilo. Intentaba no pensar mucho en mi futuro, y mucho menos en ese pasado que había decidido dejar atrás. Baje del avión con unas inmensas ganas de mear. Me encantaba mi falta de interés a un futuro incierto por el simple hecho de una necesidad natural. Fui a orinar y lo único que me preocupaba era el hecho de tener que estar con alguien en el baño. 
Casi no tenía equipaje. Unas cuantas camisas y pantalones, mis gafas, una computadora, mi reproductor de música y "El tambor de hojalata" de Günter Grass eran las únicas cosas que me acompañaban. Afortunadamente, mi equipaje era uno de los primeros en llegar, y no tuve que aguantar la larga y tediosa espera. Salí y, como habíamos acordado con anterioridad, estaba Tom ahí. ¡Carajo! Como había cambiado. Tenía el pelo demasiado corto, a diferencia de su pasado, su tez blanca seguía intacta pero las marcas de la edad y sus grandes ojeras delataban una vida al extremo. Era alto, a diferencia de lo que antes creía que iba a ser su futuro. Ya que en ese momento estábamos a mediados del invierno, llevaba una chaqueta ancha y guantes oscuros. Me esperaba con una botella de Jack Daniels en una mano, y un cigarrillo en la otra. Tras un saludo cordial, me ofreció un poco de los pequeños vicios que poseía. Los acepte de buena gana, y mientras caminábamos hasta mi nuevo hogar, me ponía al tanto de su extravagante vida. 
Como extrañaba a ese bastardo.  

jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Estás cansada?

¿No estás cansada? Aveces pienso lo agotada que deberías estar. Todo el día, los 365 días del año, sin descanso alguno. ¿Te sientes bien? No se como puedes seguir tan radiante, tan hermosa, tan feliz, haciendo esa agotadora labor tuya. Aveces me gustaría relevarte de tus responsabilidades, que seas libre de ellas. ¿Te gusta? A mí también me gusta, por eso no quiero que te vallas de ahí, que sigas como todos los días. No soportaría perder de vista tu rostro, tu sonrisa, todo lo que te constituye. ¿Quieres prometerme que nunca te iras? ¿Que seguirás con tu tarea, aunque estés cansada o aburrida? Me gustaría creerte, me gustaría convencerme que es verdad, pero por tu bien algún día te obligaré a irte.
Espero que te guste estar siempre en mis pensamientos, en mi mente, en mi todo. Espero que nunca te vallas, espero que siempre sigas con ese entusiasmo.

martes, 13 de noviembre de 2012

Ella.

Ella es simplemente hermosa. Todo, desde mi punto de vista, es perfecto en ella. Sus ojos, marrones oscuros, son como ventanas que te dejan ver su dulce alma, su carisma, sus cualidades pero nunca me revelan sus defectos. Sus mejillas son como dos almohadas, que con su linda tez blanca como un invierno en París, producen un efecto al sonreír que te deja sin palabras, simplemente te desarma, te deja como un niño indefenso al observar lo único que te puede dar la vida o quitártela si ella desea ello. Su cuerpo es una obra de arte, una regalo que demuestra la perfección que los seres humanos queremos y podemos lograr, Un cuerpo puro sin mancha, sin pecados que ocultar, un humilde lienzo en el que ella dibuja su vida a diario, envidia de Venus, simplemente una obra maestra de la naturaleza. Su pelo es castaño, con ondulaciones que te dejan imaginar un gran océano marrón en el cual te pierdes con ella, en tu propio mar para estar con la persona que más quieres; Me encanta como huele, tiene un olor a rosas y alcohol por la mañana, a ese aroma que te embriaga y te jode el resto del día bajo la influencia de su hermosa imagen, que solo te deja pensar en la próxima vez que la verás y esperar ese momento con ansías. Sus labios, rojos escarlata, contrastan con su piel de una manera exquisita, son seductores, son delgados y provocadores, son el sueño de un hombre, la envidia de cualquier mujer, el anhelo del ser humano.
La amo. La amo y no lo cansaré de decirlo. Espero que mi dama me quiera también, o dejaría simplemente un corazón que esta magullado, triste, cansado.

lunes, 8 de octubre de 2012

El diario. Pagina uno.

En estas paginas escribo mis últimos pensamientos, los últimos acontecimientos que llevaron mi vida a la basura. He decidido desaparecer y darle un reinicio a mi existencia. Ser un hombre nuevo y olvidar todo de una vez por todas. Ojalá lo lean y entiendan mi situación. Si me conocen, y quieren que sea feliz, no me busquen. Por favor. Ahora, me despido. Les deseo mucha suerte y espero que me comprendan.
-Henry Thompson.

8 de octubre del 2011
Hoy me he levantado. Agitado. Sudado. ¿Una pesadilla? No puedo recordar. Son las..... 6 de la mañana. Mierda, dos horas antes de lo esperado. No tenía sueño. ¡Que más da! Mi mañana transcurrió de la misma manera monótona de siempre: Bañarme, comer un desayuno de huevos batidos y pan, leer el diario y salir al trabajo. No tengo auto. Siempre debo irme en tren a mi trabajo. Trabajó en una librería, pero la verdad estudié literatura. Soy un escritor frustrado que ha nadie agradó. 
Esperaba en la fila, como todas las mañanas. Todo era normal y eso me estresaba. Antes no era así. Me gustaba el desorden, alcohol en las mañanas, drogas por las tardes y peleas o sexo por las noches, pero..... Todo este cuento del artista fallido, del hombre solitario e independiente cambia a la gente. Ahora, soy un libro aburrido, repetido y poco intrigante. Cada pagina es un solitario y triste pensamiento de odio.
¿Debería ir a trabajar? No le hará daño a nadie que no valla un día, ¿O si? ¡Ah! Otro problema mío: Tengo miedo de afectar a alguien para mal. Soy una persona muy considerada con todos. Desde un tiempo para acá solo reflexiono acerca de ello: De como pude mejorar la situación para todos........
¡Pero hoy no! ¡Pero hoy no, coño! Hoy todos pueden morirse. Salí corriendo, empujando a todo ser vivo. ¡Que se jodan si no les gusta! Voy a ir a un bar.... Si, a un bar. Me embriagare y no pensaré en nadie que no sea yo. Si, solo yo.... Solo yo por hoy.


Sentado, sudoroso, triste, aburrido. Estaba hay, en un bar. ¡Wow! Que locura mi nueva vida. Soy un desastre y siempre lo seré. He pedido cuanto alcohol puedo financiar con lo que traía en la cartera. Un vodka para empezar.... ¿O que tal solo vodka? Me gusta esa idea. El bar esta vacío. Solo estoy yo y el bartender. Pero... Mirando más detenidamente.... ¡Hay una chica! Esta a 3 mesas por lo menos. Soy muy penoso. No soy bueno para hablar con gente que no conozco. No soy muy sociable del todo. Pero, ¿Que coños me pasa? ¿Por que sigo imaginando un futuro con toda chica sensual que veo en lugares públicos?  Además de introvertido, Iluso. ¡Perfecto! ¿Sobre la chica? No es muy alta, pero no se le podría llamar pequeña. Es del promedio normal de una mujer. Tez blanca. Pelo rojo, como una llama. Unos labios rojos endiablados. Un saco verde y un pantalón negro. Unos converse negros. Me gusta el look de ella. He evitado el contacto visual con ella, ¡Como odio eso! Odio ver los ojos de un extraño encontrándose con los míos....... Pero sus ojos... Son verdes. No. Azules. No se que decir de ellos. Son hermosos y no puedo hacer nada con ello. Ya es tarde. Son las.... 7.  Llevo mucho tiempo sentado aquí, pero casi no me interese por mi bebida. Fue una perdida de tiempo. Pero lo más curioso es que la chica se quedo todo el tiempo hay. Extraño, ¿No? Cuando me levante de la mesa, me sentía un poco mareado, pero nada que no pudiera manejar. Pero, ella se me acerco. Si, la chica del pelo flama. Una sonrisa barata y una mirada de esos ojos bastaron para hacerme sentir incomodo. No podía dejar de pensar en ella, en su figura, en su rostro hermoso. Fue incomodo al principio, no soy una buena persona para ello. Su nombre es Skye. Skye Winston. Que nombre tan raro, ¿Eh? Aunque, me gustaba como ella lo decía con su aliento olor a fresa y sus labios de color rojo. Viví relativamente cerca de mí. Me pareció raro nunca haberla visto. La hubiera recordado. Hablamos por un buen tiempo. Cada vez perdía la pena con ella, y me soltaba. Era su personalidad lo que me ayudaba en ello. Hablamos por una dos horas. Luego, ya era muy tarde para seguir por aquí. Le di mi número y ella me el suyo con la promesa de hablar mañana. El primero que sucumbiera a la tentación de llamar al otro. Nos despedimos y me fui a mi casa. Estoy muy cansado y quiero dormir. Son las... 11. Dejare de escribir por hoy. Mañana sera un nuevo día. 

domingo, 7 de octubre de 2012

Lluvia, tristeza y recuerdos.

La lluvia hacía imposible ver cualquier cosa fuera de un diminuto rango de vista. Hacía frío. No sabía a donde iba, pero era lo que menos me importaba en ese momento. Mis pasos eran lentos. Sin gracia, sin sentido alguno. Estaba cansado. Llevaba unas cuantas horas caminando, prácticamente desde que empezó la lluvia. Las piernas me fallaron en ese momento. Caí de cara, sobre el asfalto mojado, sobre la sucia calle en la cual la ciudad pasaba sus días decadentes. Logre erguirme y quedar sobre mis sucias rodillas. Me gustaba como se sentía las gotas de la lluvia en mi cara. Mire arriba, buscando una ayuda divina, una última oportunidad para una pobre alma atormentada. Sabía que era inútil.
No podía olvidar su mirada, su aroma, su forma de caminar, su forma de decirme que todo estaba bien, sus labios con sabor a cerveza. La extrañaba. Los últimos días fueron tediosos para mi. Un carnaval de auto destrucción, de sueños rotos, de lágrimas perdidas sin ganas de vivir, de alcohol barato, drogas que lo que habían eran empeorar la situación; Y claro, todo sin olvidar el dolor más profundo: Ella.
Lo último que supe de ella, es que estaba feliz, con otra persona. Claro, es mi culpa. ¡Cobarde! ¡Sucio canalla! ¡No mereces ni el solo recuerdo de ella! Todo es tu culpa, ella no esta contigo por que no la mereces. Todo, absolutamente todo, es culpa tuya.
Quería llorar, gritar y morirme en ese lugar, en medio de la calle y ser otro anónimo más. Pobre hombre, ¿Que le abra sucedido? Pobre hombre, Dios lo bendiga. No hay cura para un corazón roto. ¡Mierda!
Me erguí y seguí mi camino. Quería llegar a un lugar que fuera bienvenido. Un lugar que me hiciera olvidar todos mis problemas, que me hiciera olvidar que existía.... Al menos por unas cuantas horas. Oía a perros muy lejos. ¿La luna? No me hables de esa zorra. Caminar, caminar, caminar. ¿Que más puede hacer un hombre desesperado? Soy un caso perdido. Después de que pensé conocerla. Después de esas noches en vela pensándola. Después de ayudarla a que sea feliz a toda costa.... Especialmente a costa mía.
Seguía caminando, confundiendo las lágrimas con la lluvia, susurrando canciones tristes y rotas, pensando en ella y , como siempre había hecho, caminar a ciegas en un estado caótico buscando un futuro mejor. La noche se murió junto a tu recuerdo.
Buenas noches, dulce amor.

domingo, 16 de septiembre de 2012

La noche es más oscura antes del amanecer.

Todo estaba frío. Podía sentir la respiración caliente de ella en mi hombro. El mundo se paraba por un segundo mientras dos personas, en una parte recóndita del mundo, sufrían de un hermoso momento... o al menos para uno de los dos. La gente al alrededor no sabía que podía ser importante, o no, simplemente no les importo. La noche estaba estrellada, sin ninguna nube en el cielo. Mis ojos y los de ella, perdidos en el profundo firmamento el cual a inspirado sin numero de poetas y escritores, y hoy, acompañaban la noche de un joven perdido y una joven con su carril definido. Las palabras sobraban en ese momento. Los dos sabíamos lo que el otro pensaba, nadie puede negar eso.
-La noche esta hermosa, ¿No lo crees?- Dije intentando romper esa barreta que se armaba entre los dos.
-Hermosa, más que otras.-Dijo ella, respondiendo ante mi pregunta. Se oía desanimada.
Me levante ligeramente, hasta quedar semi sentado, mirándola.
-¿Que te sucede?
Ella cerro los ojos por unos momentos. Quería insistir en mi anterior pregunta pero tampoco quería interrumpir su momento de concentración.
-Ee.... Nada.... Simplemente, tengo mucho frío.
-¿Quieres mi chaqueta?-Le dije mientras extendía mi chaqueta hacía ella.
-Gracias-Dijo de mala gana y la cogió de la misma manera. Lo hacía por que esa no era la razón por la que estaba así, y los dos lo sabíamos.
Me acosté al lado de ella, retomando mi puesto, abrazándola ligeramente. Ella rechazo mi proposición. Sabía que ella no quería nada, y yo, un simple perro que persigue un carro inalcanzable, sin posibilidad de ganarle a esa fuerza que impulsa a su conductor a ir a una parte, claro, sin mi.
Empece a castañear por el frío. Lo hacía muy levemente para no advertirla de ello, obviamente fue inútil. Encendí un cigarrillo para poder calentarme un poco. Se sentía bien. Amortiguaba el dolor que sentía por su indiferencia. La conocía desde hace poco, pero en eso, puedo meterse mucho en mi vida. ¿Que por que no he sido capaz de decirle nada? Soy un cobarde, un gallina. Lo soy y siempre lo seré. Además, siendo el hombre que ella no espera, a tenido muchos más en su vida desde que la conocí, bueno, no muchos, pero vale más calidad que cantidad, siendo yo el más desdichado de esa ecuación.
-¿Quieres irte ya?-Dijo ella, levantándose un poco para verme.
-¿Lo quieres tu?
-La verdad si. No soporto que sufras frío por mi, una mala persona.
-No digas eso- Me levante para estar a su nivel.
-Si lo soy. Por todo..... lo que te hago.
-¿De que ha....?
Fui interrumpido por un beso espontaneo. Un beso que congelo mi ser. Un beso que nunca pude imaginar, que ni en mis sueños hubiera podido imaginar. Duro.... No puedo asegurarlo. Puedo ser una eternidad. Pudo ser nada. ¿A quien le importa?
-No quiero que te ilusiones-Me dijo parándose y alejándose.
-Nunca querida.... Nunca-Dije mientras me botaba de nuevo al suelo.
El cielo se iba volviendo cada vez más oscuro y su imagen se iba a cada segundo que pasaba. Ahora, mi única amiga era la luna, y su rostro. Oh su hermoso rostro se ve iluminado en la luna, cada vez que la veo.
-Adiós.........


martes, 28 de agosto de 2012

Cuando las luces se van.

La luz lograba colarse por una ventana tan ligeramente que solo podía lograr ver encima de mi cama, que quedaba pegada a la ventana. La reja de mi cuarto daba un espectáculo deprimente a la vista sencilla. Quede sentado en mi escritorio, al frente de mi ordenador.
-Mierda, un apagón- Dije para mis adentros.
Afortunadamente no estaba haciendo nada importante. Simplemente pasando el tiempo que me sobraba. Era el primer apagón que había afrontado solo desde que me mude de la casa de mis padres. Se sentía algo raro y debo confesar que me dio un poco de miedo en los primeros minutos. Busque en mi despensa en busca de algo con que iluminarme mientras volvía la luz, que esperaba que llegara pronto. Encontré un paquete de velas, que había guardado de la época de navidad. Encendí unas cuantas y con ayuda de unos simples platos me encargue de darle iluminación a la sala, lugar donde iba a pasar el tiempo de espera. Al ver el primer destello de luz, me sentí aliviado de cierta forma. No me gusta admitirlo pero no me gustaba mucho la oscuridad que digamos. Habían 4 velas en el paquete, prendí 3 y deje una como reserva para próximos apagones. Cogí un libro de mi cuarto y me propuse a leer. Perdiéndome en mundos fantásticos e historias de fabula, no me di cuenta de que el tiempo pasaba y pasaba y no había todavía solución a mi problema.
Empezó a llover. Eran eso de las 2 de la mañana. Estaba cansado pero no me gustaría dormir en ese estado. Sonara raro pero no me sentía cómodo con esa oscuridad. Seguí leyendo aunque ya estaba un poco aburrido de hacer la misma tarea por tan largo tiempo. Decidí buscar otra forma de distraerme. Sentía un aprecio hacía la noche, más no obstante odiaba estar a oscuras. Al tener esa afición decidí mirar a la ventana, mirando el espectáculo que me brindaba la lluvia cayendo desde el oscuro firmamento. Todo estaba bien, disfruta viendo esa imagen y me perdía entre pensamientos e ideas que iba soltando. Todo paso muy rápido. Un relámpago cayo, estremeciendo todo a su paso. Hubo un momento de ceguera, seguida de una vuelta al mundo muy violenta. Volví a escuchar muy duro el sonido de la tormenta y sentía de nuevo ese extraño sentimiento que había vivido al empezar el apagón. Abrí los ojos después de recuperarme del aturdimiento momentáneo que había vivido. Descubrí que estaba a oscuras, las velas se habían apagado por el estruendo. Por la ventana de la sala no se podía ver nada, ya que la luna ya estaba por el costado de mi habitación. En vez de gastar mi tiempo buscando una forma de prender las velas, salí corriendo hacía mi cuarto. Era cuestión de miedo ha estar mas tiempo en ese ambiente. Empece a escuchar voces, ruidos, gemidos, seguí corriendo pensando en lo que me faltaba para volver a ver algo. Esperaba poder certificar que todo era mentira, que estaba seguro hay. Al llegar a mi cuarto, abrí los ojos para llevarme la sorpresa de que la ventana estaba a oscuras, no se podía ver nada a mas de unos cuantos centímetros.
Aturdido y decepcionado, me senté en una esquina de la habitación. Los sonidos seguían proviniendo de las paredes, las sombras me jugaban jugarretas en mis narices, escucha pisadas llegando a mi cuarto, cerré los ojos y me tape los oídos con las manos.
-Es imposible....... No puede estar pasando- Pensee, intentando reconfortarme........

Abrí los ojos, destape mis orejas, mi mente estaba limpia. La luz había llegado y con ella un sentimiento reconfortante. No podía respirar. Mi sudor me agobiaba. No pude incorporarme y me quede en ese sitio, reflexionando las cosas que acababan de suceder.
No he podido olvidar ese momento, tampoco explicar bien el horror que sentí ese día. Ha pocos he confiado esta historia para no parecer un loco sin remedio. No he podido dormir seguro e intento estar acompañado..... Al fin al cabo, la oscuridad no puede estar hay por siempre...... ¿O si?

jueves, 26 de julio de 2012

Lipstick Lullabies: La historia completa.

Muchachos, muchas gracias por todo su apoyó y ayuda para lograr terminar este mini proyecto. Nunca pensaría que llegaría tan lejos con esto, pero llegamos a las 114 visitas. Para ser una cosa que saque de la manga, sube mucho la moral que tantas personas lo hallan visto. Vuelvo a decir, muchas gracias. Me demore casi un mes en esto, noches pensando que iba a hacer después pero igualmente saque adelante esto. Aquí se termina esto que es Lipstick Lullabies como historia, pero el Blog seguirá. De vez en cuando pondré cuentos aleatorios o creare otra mini serie. Aquí les dejo la historia completa en Links para que los visiten por orden, si le pueden sugerir el Blog a alguien, estaré eternamente agradecido. Sin más demora: Lipstick Lullabies!

-Capitulo 1: El día......
-Capitulo 2: Recuerdos.
-Capitulo 3: La fiesta.
-Capitulo 4: Y la mañana siguiente....
-Capitulo 5: Resoluciones.

Hasta muy pronto amigos......

miércoles, 25 de julio de 2012

Lipstick Lullabies-Capitulo 5- Resoluciones

Me sentía pesado. Cada paso era una carga para mi alma atormentada. Cada paso me acercaba a un destino que me negaba a admitir. Era sábado, tal vez viernes. Lo suponía por que al salir de mi casa escuche fiestas y cosas por el estilo. Era de noche y llovía ligeramente. Toda la calla se veía desolada e inhabitada. No se veía a nadie más por esa calle. Seguí caminando, acompañado únicamente del sonido de mis pasos y de las gotas que caían al pavimento. Después de todo lo que había ocurrido, después de las que cagadas que había hecho, después de un fin de semana muy largo, por fin llegue a mi destino: El apartamento de Laura.
Tenía la llave de la mencionada (Tal como ella tenía la de mi apartamento)  Estaba completamente empapado.Tome una toalla que había en el baño cerca a la puerta. Me émpeze a secar.
-¿Lau?¿Lau? ¿Estas aquí?-Decía mientas me secaba y entraba a la silenciosa casa.
Todo estaba en su lugar, menos las cosas de valor, cosa que me parecía raro. También las puertas estaban cerradas con llave. La tormenta aumentaba a cada paso que daba.
-¿Laura? ¿Estas por aquí?-Dije un poco asustado, no por que temiera que la hubieran robado o algo así, si no por que posiblemente estuviera afuera en la lluvia.
Me dirijo a su cuarto. Casualmente era la única habitación con la puerta abierta. Las cosas de valor ya no estaban, solo había una nota encima de la cama. Me acerque rápido a la nota que había encima de la cama, era en una hoja de Bloc ordinaria y vieja.

"Nunca quise que esto ocurriera. Sabía que podía pasar. No se como paso el tiempo no que haría si llegaba.
Lo siento en serio si me metí en profundamente en tu vida. No medí los alcances de lo que podría afectar . Lo que sucede es que... No me sentía segura con esto. Al principio solo eras cosa de una noche, un simple desquite de  la ira que sentía .... Pero algo me atrajo de ti, algo especial que sentí por ti y vi más que un simple juguete, te vi más como un refugio de lo que sentía y trataba de ocultar , de el dolor que sentía por Diego, por nuestro rompimiento.
Te escribo esto por que me he dado cuenta que no puedo vivir sin el. He decido darnos una oportunidad y acabar con nuestra mentira. Si aún me quieres y quieres que sea feliz, olvidame, sácame de tu vida y deja tu llave en la mesa, solo por el bien de los dos. Hasta nunca.
-Laura."
No sabía como actuar, no sabía cual sería mi siguiente movimiento. Jaque Mate. Recordaba la carga emocional de los últimos días y me sentía como un estúpido, solo por sufrir tanto y al final saber que ni le importaba a ella. Me sentía peor por mi ingenuidad. por mi ceguera, por todas las cosas que de un momento a otro se fueron a la basura.  Me derrumbe en el suelo sobre mi rodillas- No llore, no acostumbraba a llorar por tristeza. Me levante de allí, sabía que no podría durar toda la vida en ese lugar. Deje mi llave en la mesa y abandone ese lugar para nunca más volver. Camine en la lluvia a paso lento y silencioso.
Dos días más tarde, Andrea fue a visitarme. Ella no tenía ni idea de lo que había sucedido. En ese momento era la cumbre de mi desolación. Todo estaba destruido, junto conmigo. Todo era un asco, en el suelo, alcohol y fotos: Algunas mostrando facetas de emociones que sentía. Se quedo esa noche, bebimos hasta altas horas. Al día siguiente, desperté por la tarde, pero ella no estaba. Desde ese día no la he vuelto a ver.....


Corría a la mayor velocidad que podía llegar. La ciudad le importaba un carajo lo que yo hacía. Estaba tarde y atrasado. Eran casi las cinco y media, o eso podía suponer por el cielo. Llegue al edificio en el centro de la ciudad, subía las escaleras lo más rápido que pude, hasta llegar a mi destino: La terraza.  Al final llegue. Estaba haciendo frío, típico a esa hora. La vía allí parada. Su pelo color rojo se movía suavemente al ritmo del viento del atardecer. Tenía un saco negro y unos pantalones del mismo color. El sol moría lentamente, mientras terminaba de desangrar al cielo con el. Me acerque a ella lo suficiente para que detectara mi presencia. 
-Llegas tarde, pero no tanto para perderte el espectáculo- Lo dijo mientras se sentaba en el borde del techo.
-Lo siento. Casi lo olvido. Estos días he estado muy distraído-Dije mientas tomaba mi puesto al lado de ella.
-¿Y ahora que?-Dijo ella posando su cabeza en mi pecho, sin quitar su mirada del crepúsculo.
-Ser felices. 
Esboce un sonrisa mientra abrazaba a Andrea, esperando que el sol diera sus últimos suspiros para dar paso a la implacable noche......
-Fin-

jueves, 19 de julio de 2012

Lipstick Lullabies-Capitulo 4- Y la mañana siguiente......

El desespero era cada vez más claro. No sabía que hacer. Me sentía horrible, una persona sin escrúpulos, una basura humana que no merecía perdón. Carajo, todo estaba mal.
A los primeros rayos de esa mañana de Noviembre, no sabía donde estaba ni que había pasado ayer. Tenía un gran dolor de cabeza. Desperté al lado de una chica. No la recordaba, tal vez estuve con ella la noche anterior. Me levante con sumo cuidado para no molestarla. Toda el lugar era un desastre. Al parecer hubo una fiesta en aquella casa. Vi el jarrón especial de Nicolas destruido en el suelo. Al parecer era la casa de el.   Salí de allí todavía confundido y mareado. Caí al suelo por el mareo; Y como una ola que te atropella y te lanza contra la orilla de una forma violenta y sin compasión, los recuerdos me abofetearon y me devolvieron a la cruda realidad:
Era la fiesta de Nicolas. Había peleado con Laura. Me sentía mal. Conocí Andrea. La bese. Engañe a Laura. Mierda.
-¿Estas bien?-Me dijo una voz en medio de mi recuerdo.
Me ayudo a levantar y yo quedar en rodillas. Levante la mirada para ver quien era. Era Nicolas.
-¿Que carajos pensabas al salir así?-Me dijo de una forma colérica, pero se notaba que lo hacía por mi bien.
No sabía que hacer. Que decir. Simplemente me sentía mal. No solo por la fiesta, si no por el hecho de el mal que había hecho. Me levante con ayuda de el. El era una persona que no se le puede llamar musculosa, si no........ "Ancho". El era un poco más pequeño de estatura que yo. Me apoye en su hombro. Me presto sus gafas oscuras para disimular mi estado. El se veía de buena manera. No se veía vuelto mierda. Era muy resistente al alcohol.
-¿Me podrías llevar al apartamento?-Fue lo único que se me ocurrió.
No se que paso en después de eso. Dormí todo el trayecto a casa. Desperté en mi sofá. Eran las 7 de la noche. Había dormido mucho. Al parecer Nicolas me había entrado y acostado en el sofá. No lo he vuelto a ver de ese día.
Ya no tenía el mismo dolor de cabeza. Era menor ahora. Seguía sintiéndome mal por lo demás. Me sentía culpable por todo. No sabía que hacer ahora, si contarle a Laura o no, que hacer con Andrea.
Fui a la cocina y me hice un café. El tiempo corría muy rapido, ya eran las 8 y 15. Puse una película. No recuerdo cual era. Me dormí rápido. Soñé con un gran prado. Yo estaba sentado en el. Luego una tormenta arruino todo. Me desperté agitado. Eran las 9 de la mañana. Era un día lluvioso.
Se me hacía tarde para llegar al trabajo. Me aliste rápido y ya estaba dispuesto a ir. Sono el teléfono justo cuando iba por la puerta. Pensé en dejarlo timbrar, pero tal vez era algo importante. Después de todo, llevaba 3 días sin que nadie supiera nada de mi.
-¿Aló?-Conteste con apuro.
-Hola-Me contesto una voz femenina.
Paso un pequeño tiempo tiempo antes de que reconociera de quien era la voz. Era de Andrea.
-¿Que sucede?-Le dije de forma muy seca.
-¿Que te sucede a ti? Te vas sin decirme nada y luego no me dices como llegaste. Te pudo haber pasado algo terrible-Me dijo un poco furiosa.
-Lo siento. Es algo complicado-Hice una pausa para pensar lo que le diría. Me tomo por sorpresa la llamada-. Lo que pasa es que ya no nos podemos ver.
-¿Que?¿Por que?-Me dijo con un tono de tristeza.
-Como te dije, es complicado.
-¿Al menos tendrías la decencia de decírmelo en la cara?-Me dijo de nuevo furiosa.
-Esta bien.
Le dije que nos viéramos a las 7, una hora después que yo llegara a mi casa. Le di mi dirección, colgué y salí hacía el trabajo. Todo el día estuve distraído; No paraba de pensar que haría o le diría a Andrea cuando la viera.
Ya eran las seis y cuarto. Había llegado del trabajo menos cansado de lo normal. Se me paso el tiempo cocinando y escuchando música. Oí el timbre y sentía que todo se derrumbaba, que no había vuelta atrás. Olvide todo lo que estaba haciendo. Abrí la puerta, sabiendo lo que me esperaba al hacerlo. La vi. Hay estaba, parada frente a mi, hermosa como la recordaba. Se me hizo un nudo en la garganta.
-Hola....-Dijo ella con la mayor inocencia.



Otra vez, volvía en mi, en mi inmundicia actual. Seguía arruinado, aunque los recuerdos equilibraban mi balanza emocional. Decidí abrir el cajón de las fotos. Quería verlas de nuevo. Vi la carta de Andrea. Me quede observándola con nostalgia, hasta que vi lo que decía atrás de ella. "26/11/12- Nuestro lugar especial". Ese día era hoy. Y era la letra de..... Carajo. Hoy era lo de..... Mierda. Me puse lo primero que encontré y salí de la casa. "Ojalá no sea tarde aún", Dije para mi mismo.


viernes, 13 de julio de 2012

Lipstick Lullabies-Capitulo 3-La fiesta

Tal vez estaba dormido, borracho o muerto. No podía decirlo a ciencia cierta. Me vi a mi mismo hace tiempo. Era tan ingenuo, tan lleno de vida, tan feliz. Al parecer me había venido a la memoria el recuerdo del pasado 28 de Noviembre. Estaba con Nicolas y Tomas en la casa del primero. Entraba en la tarde, más preciso en el atardecer. Estábamos dando los últimos toques a una fiesta que llevábamos preparando. Una fiesta de reencuentro con los viejos compañeros del colegio. Recuerdo que la noche anterior había peleado con Laura. Ya era una costumbre desde hace un tiempo, pero esta vez la cosa era un poco seria. Quería tomarme un par de días para descansar de ella y pensar un poco.
A eso de las 7 de la noche, estaba todo preparado. La gente ya estaba adentro, disfrutando de la fiesta.
Aunque pensaba en Laura con un poco de rencor, no podía evitar sentir tristeza por nuestra pelea, después de todo la amaba. La gente estaba embriagada por sus humos, por los olores que iban de aquí para allá, por la alegría juvenil, por la locura temporal. Yo no me sentía de ese modo. Me sentía triste, perdido, solo sin Laura. Me hice en una mesa apartada de la gran casa de Nicolas con una botella de Vodka. Ya me estaba quedando dormido cuando oí a alguien.
-Hola-Me dijo alguien que estaba justo adelante de mi.
Abrí un poco los ojos y vi a una chica. Esta justa al frente mio. Tenia el pelo rojo, planchado. Ojos cafés claros. Tez blanca. Una chaqueta de cuero negra y uno pantalones del mismo color. Tenía también una pequeña expansión en la oreja derecha. Su cara se me hacía conocida, aunque seguía sin recordarla. Tal vez la había visto en el colegio, pero nunca darle importancia. Era extraño ya que ella era bella.
-¿Estas bien?-Me dijo de una forma muy cariñosa-, Te veo desanimado.
-Hola- Respondí un poco apenado por responder tarde-, No pasa nada.... Simplemente estoy un poco pensativo.
-No deberías estar así- Dijo mientras se sentaba al lado mio-, Después de todo es una fiesta.
-Cierto- Le dije acompañado con una pequeña risita-, Perdón por la pregunta pero, ¿Quien eres?
- ¡Oh! Lo siento. Me llamo Andrea.
Ya empezaba a recordarla.  Se llamaba Andrea Rodriguez. Era de un curso más arriba del mio. Antes era un poco menos atractiva.  No era que nos conociéramos mucho pero si sabía de su existencia.
Ella se sirvió un poco de Vodka.
-Entonces-Hizo una pequeña pausa-, Cuéntame que te tiene así.
Y así empezó la noche. Le conté de mis problemas con Laura, de mi nuevo trabajo, de mi nuevo departamento. Ella me contó acerca de su vida en el colegio y fuera de el, de su vida, de sus gustos.
Cada vez la noche envejecía y el alcohol se nos subía cada vez más a la cabeza. Salimos a bailar. Fumamos un poco de hierba que ella traía. Miramos la luna mientras hablamos hasta que de un momento a otro empezamos a besarnos. Aunque en ese momento estábamos locos y estaba con Laura, no me arrepiento de lo que hice esa noche.
Volvimos a nuestra mesa privada, nos sentamos y empezamos a contarnos historias locas el uno al otro. Al final, terminamos abrazados, dormidos, mientras que la fiesta daba sus ultimos suspiros.
Los ruidos de la ciudad terminaron despertándome. Eran las 12 o más tarde. Tenía un ligero dolor de cabeza por la resaca producida por la noche anterior; Aunque extrañamente me sentía feliz por volver a ese excelente recuerdo.
Abrí las persianas y la ventana para dejar entrar un poco de rayos de sol y un poco de viento. Simplemente me sentía bien.......

miércoles, 11 de julio de 2012

Palabras Olvidadas.Cuentos Aleatorios. 1

"Es más ciego el que puede y no quiere ver"-Por: Michelle. 

Ingenuamente caí en su juego, sí ese que nunca quise aceptar que existía. Hasta hoy. Por fin, por fin me doy cuenta de la clase de basura que es.  Me tomo tiempo aceptarlo. No sé si era porque tenía esperanzas con él, porque vi algo en él que en ninguno veía, ó porque con palabras  y acciones me enamoró. Dicen que el amor es ciego, pero ciegas son las personas que por pendejas no ven la realidad de las cosas. Las veía, pero algo no me dejaba aceptar lo obvio. Algo que me torturaba de una forma extraña y me impedía pensar las cosas con claridad. ¿Qué era eso?
Fui como una rosa que esperando agua se fue secando por falta de esta, hasta quedar sin vida. Seca de tanto estar bajo la luz del sol esperando algo que jamás llego, con los pétalos regados en el suelo ya que; poco a poco se fue destruyendo. Ahora, lo único que queda es un tallo. Roto como un corazón desilusionado y negro como las cenizas que quedan después del fuego.
Me encuentro entre engaños, falsas promesas y esperanzas perdidas. No sé que hacer, si ponerme a llorar o ir y pegarle una cachetada (ganas no me faltan). Después de todo lo que había y ya…ya no hay nada. Sólo un corazón roto, una ausencia de uno en él y melancólica.
Con una lagrima cayendo en mi rostro, desvaneciéndose en los labios que alguna vez fueron rosados por los suyos. Recuerdo cada sonrisa, cada mirada, cada palabra, cada beso, y… todo. Pero todo fue un engaño. Una fantasía que se perdió en el aire y que jamás regresara.
No quiero verlo, recordarlo, pensarlo, desearlo y extrañarlo. Pero, es lo único que puedo hacer…

lunes, 2 de julio de 2012

Lipstick Lullabies Capitulo 2-Recuerdos

Me sentí feliz por haber sacado un problema que no me dejaba pensar, además aguantar la tentación de volver a caer en la trampa, tal como un borracho vuelve a la bebida; Pero, aunque suene extraño, me sentía un triste por el hecho de que en parte la extrañaba y que con su llegada volvieran los recuerdos más profundos, con su engañador aroma, con sus ojos........
Era una noche fría (al contrarío de todo el día) y estaba lloviendo. Estaba de vuelta en mi deprimente cuarto. Había salido un momento a comprar vodka y una cajetilla de cigarrillos con los pocos fondos que me quedaban de mi anterior trabajo. Me saludo la Diana Martinez, mi vecina de 23 años. Traía un poco de pan bajo su sombrilla de patos. Me invito a pasar un rato a su casa, dije que no, que tenía un encuentro importante hoy. Nos despedimos y ella entro a su apartamento.
Empece a tomar directamente de la botella. Vi que el tazón de Henry (Mi gato) estaba vació. Me dio pereza irle a servir agua. Le serví un poco de Vodka y que se jodiera si no le gustaba. Casualmente empezó a tomar. Mi gato era genial. Puse un poco de Pink Floyd en la vieja computadora y empece a examinar mi cuarto. La luz de la luna entraba por la ventana que estaba en la pared occidental. Era luna llena y la noche estaba despejada. Unas pocas estrellas se atrevían a desafiar a la luna en el firmamento. Mire los diferentes Stenciles que habían en mi cuarto. Hace dos años cuando compre el apartamento los hice junto con Nicolas. El era el que me había enseñado a hacerlos. Tiempo que no veía con el. Prácticamente desde que salimos del colegio. El Stencil que más me gustaba era el de Alex de La Naranja Mecánica.
Estaba mi viejo televisor que solo utilizaba para ver uno o dos partidos de futbol y una que otra película. Todo olía a muerto, a destruido, ha vuelto mierda. Habían muchas botellas y latas de alcohol en el suelo. Siempre había dado pereza recogerlas. También estaban mis notas y cuentos vagabundos por hay en hojas de blog. Nunca las leía después de hacerlas. Estaban mis libros de Cortazar, Onetti, Poe, King, Marquez y Benedetti regados y confundidos con toda la basura.
Tome un gran trago y vi un resplandor en una de las esquinas del cuarto. No pude distinguir que era a plena vista con la poca luz que tenía. Me acerque un poco para ver que era. Era un baúl. 
Vi el baúl e intentaba recordar como había llegado allí o que tenía. No tenía candado y era chiquito. Era negro con marcas rojas en formar de flores. Yo no las había hecho. Era un poco malo para todo lo que fueran artes plásticas. Lo abría por pura curiosidad. No se podía ver nada a simple vista pero así que arrastre el baúl hacía la luz de la luna para ver que era. Estaba sonando "Wish You Were Here".
Eran fotos. Fotos tomadas desde la cámara instantánea que me había regalado Laura. Eran de el tiempo cuando eramos amigos, antes de que todo se fuera a la mierda. Eran de un día que la invite al parque de cerca a mi casa (En ese entonces, la de mis padres). Ella saltaba y jugaba con el viento mientras le tomaba fotos a petición de ella. Luego ella pidió que nos tomaran una foto mirando el horizonte. Luego de la foto me beso y me dijo: 
<<Que nada salga de aquí. Que lo que sientes, que lo que te jode, que lo que piensen quede entre nosotros, el sol, las nubes, los arboles y el horizonte que nos acusa>>. La lluvia aumentaba y un relámpago me saco del recuerdo.
Empece a buscar más fotos y encontré unas diferentes. Era solo yo en el cuarto. Destruido, aburrido, desnutrido, borracho y loco. Eran 5 fotos en las cuales aparecía yo de diferentes formas con esas inscripciones abajo de la foto en si. Eran de la semana después que hablara por ultima vez con Laura. 
Más abajo aún habían unas fotos de Andrea y yo. Ella era linda, pero lo que más me gustaba de ella era su personalidad. Me encantaba hablar con ella mientras veíamos el atardecer en su terraza.
Sono un golpe seco en la casa de al lado. Al parecer se le había caído algo a Diana. Lo importante es que había perdido el hilo de mis pensamiento. Guarde todo pero me percate que había algo al final que no había visto. Una carta. La abrí y decía en labial : "No me olvides 19-11-11". Lo había escrito Andrea. Lo reconocía por el labial color escarlata que ella utilizaba. "Nunca lo haré" Pensé para mi mismo. 
¿Y la fecha? Era la fecha en la cual todo se arruino. Era un recordatorio de ella al ver todas las fotos.
Maldita sea. Como la amaba.
Cerre todo y lo deje en su lugar original. Al final decidí embriagarme mientras miraba la luna.

jueves, 28 de junio de 2012

Lipstick Lullabies-Capitulo 1-El día


Las aves, las nubes, el cuarto que se corrompe con el paso del tiempo, como una planta descuidada. Hace tiempo que no salgo de aquí. ¿Que pensara Andrea? ¿Estará preocupada? ¿Sera que.....?
El timbre de la puerta me despierta de mis pensamientos. Hace tiempo no recibo una visita. Se me hace raro y pienso quien podrá ser. Da igual, no importa quien sea. Me siento un poco avergonzado por mi aspecto.
Decidido ha abrir la puerta me pongo una camisa negra vieja con la foto de Metallica, Unos jeans rotos y mis converse negros también rotos. La persona se desespera y empieza a timbrar más. "¿Que carajos querrá?" Pienso para mis adentros.
Abro la puerta sin mirar ni preguntar y hay aceptando que todavía estaba un poco metido en mis pensamientos. Carajo, por un momento creí que podría ser una visita agradable... Claro, si hubiera sido ella. Pero no, era Laura, la que empezó todo. La conocí hace un tiempo en un bar por aquí cerca. "La iguana verde" si mal no recuerdo. Antes eramos... Amigos, antes de que ocurriera lo de aq....
-Hola- Me dijo un poco asustada por mi aspecto y mi expresión distraída-. ¿Me recuerda?
"Como olvidarte"-Pienso para mis adentros.
-Claro-Hago una pequeña pausa pero debido a la situación se siente como una eternidad-. ¿Que haces por aquí? No esperaba a nadie... Y especialmente a ti.
-Perdóname, yo solo quería saber como estas y... -Toma un poco de saliva, lo hace sutilmente para disimular lo incomoda que se sentía-. Pedirte perdón.
Ya era tarde y ella lo sabía. Pensé en cerrarle y con ella dejar afuera todos mis problemas de una vez por toda, pero la curiosidad me gano y quería saber que diría.
-¿Quieres pasar?- Le dije con una sonrisa casi macabra dibujada en mi rostro.


Mi apartamento era un desastre, pero al menos la sala estaba un poco organizada y por vanidad me sentí mejor. Ella entro y marco su presencia y su aroma por el cuarto. Tenia ese perfume dulzón que alguna vez me encanto. Tenia un pantalón desteñido sin bolsillos, unas botas color café claro y una camisa que revelaba el hombro derecho. Su pelo era un poco despeinado pero a la vez se le veía el cuidado que ponía en el. Me gustaba como se veía, pero no quería volver a involucrarme sentimentalmente con ella.
-¿Quieres algo de tomar?-Le dije mientras ella se sentaba en mi descuidado sillón rojo.
-No, Gracias. No quiero quitarte mucho de tu tiempo.
-Como quieras- Le dije con un poco de desprecio, no había olvidado lo ella había hecho-. ¿Y bien?.
-Pues en los últimos días me he puesto a pensar y quería disculparme por lo que te hice.
-¿Por que no lo pensaste antes?-Lo dije casi gritando, aunque en el momento no me di cuenta.
-¡Al menos lo hice!- Dijo mientras se levantaba de la silla. Me pareció raro ese comportamiento en ella.
-¿Y para eso vienes? ¿Para gritarme después de todo lo que ha pasado?- Me levante para quedar a la altura de ella. Ella era un poco más pequeña que yo.
El día era soleado. Los pájaros cantaban y la gente se pudría en su labor cotidiana mientras yo estaba, en la mitad de mi inmundicia, al frente de la mujer que en algún tiempo cambio toda mi vida.
Vi sus ojos azules como un mar hecho para los dos. Vi sus carnosos labios (Tenía el labio inferior mucho más grande que el superior) con su labial rojo olor a cereza. Cuantas ganas tenía de besarla y acabar con esta mierda; Pero los recuerdos me invadian y me recordaban que no olvidara nada.
El tiempo se detuvo (por así decirlo) y nos quedamos mirando por un buen tiempo, hasta que ella rompió la tensión:
-¿Entonces no piensas perdonar y olvidar?-Lo dijo sin perder la mirada de mis ojos.
-Yo no fui el que lo quise así. Así que si no tienes nada mejor que decir vete.
Dio un giro sin decir nada. Su aroma salio disparado para todas partes atontandome por un momento. Al volver en mi, la seguí hasta la puerta. Salio sin despedirse pero a los dos pasos volteo y me dijo:
-Yo si te extraño,..... Y si lo siento por todo. Te quiero y me preocupas, no te pido que me perdones pero por favor, solo por compasión.-Lo dijo con lagrimas en los ojos y una mirada de nobleza extrema.
-Yo te amo, y ese es el problema.
Cerre la puerta y fuera de ella todos mis problemas.